Opinión
Irán Aguilera
Viendo al presidente Nicolás Maduro en una reunión el día lunes 5 con su Alteza Real, el Príncipe Mohammed Bin Salman Bin Abdulaziz Al Saud, Príncipe Heredero y Primer Ministro de Arabia Saudita, en la ciudad de Jeddah (o, Yeda) en el contexto de una Visita Oficial al Reino de Arabia Saudita, donde se lograron compromisos de Estado para profundizar los vínculos de asociación estratégica en beneficio mutuo, y guiados por el principio de la autodeterminación de los pueblos, es como para asegurar con optimismo que cosas buenas están pasando.
Días antes lo habíamos visto en su muy destacada participación en la Cumbre de Jefes de Estado de América del Sur, celebrada en Brasil, en la que Venezuela logró un punto de inflexión muy importante, pues, en el hecho práctico, representó el regresó de nuestro país a los foros regionales.
Fue una Cumbre muy relevante, casi todos los presidentes asistentes se consensuaron para renovar la integración sudamericana, y esto se debe, sin duda, al giro progresista de la región, pero también sirvió de escenario estelar para que el presidente anfitrión Luiz Inácio Lula da Silva no solo recibiera al presidente Maduro con honores, para despecho de los amargados, sino que estremeció la Cumbre al denunciar la existencia de una “construcción narrativa contra Venezuela”.
Pero el presidente de Argentina Alberto Fernández no se quedó atrás: al reunirse con el Primer Mandatario venezolano le solicitó que volviera a participar de los foros y organismos internacionales, de los cuales fue marginado por la política de “cerco diplomático” que aplicaron gobiernos de la región, como se sabe, ya estos pasaron a ser historia.
El presidente Maduro sin dilación llegó el sábado 3 a Türkiye, a la toma de posesión de Recep Tayyip Erdogan, presidente reelecto de aquel gran país aliado. Venezuela y Türkiye mantienen más de 40 acuerdos de cooperación, en 2021 superaron los 850 millones de dólares. Excelentes son los resultados en defensa, transporte aéreo y marítimo, comercio, finanzas, educación, turismo, agricultura, ciencia y tecnología.
Tras largos años de resistencia firme ante la agresión imperialista, Venezuela, en victoria, con el liderazgo del presidente Maduro, avanza con pasos firmes en su reposicionamiento internacional, fortaleza para potenciar el crecimiento económico que con mucho esfuerzo viene consolidándose, garantía para recobrar los niveles de bienestar que solo en Revolución Bolivariana son posibles.
