Opinión
No salgo del asombro ante la terrible noticia de la partida física del compañero Iroel Sánchez Espinosa, extraordinario compañero de lucha, muy querido en Cuba donde dirigió el prestigioso programa de televisión La Pupila Asombrada, pero también conocido en muchas partes del mundo por su blog La pupila insomne, excelente publicación digital a la cual nos acostumbramos a consultar frecuentemente, porque supo destacarla con la profundidad y el rigor intelectual que a él caracterizaba.
Iroel, quien “hasta sus últimas energías”, como dijo el presidente Miguel Díaz-Canel, fue un militante del socialismo, siempre apoyó las mejores causas de los pueblos del mundo y, en esto, por supuesto, consagrado defensor de la Revolución Cubana y muy solidario con la Revolución Bolivariana.
Tuve el honor de conocerlo ya personalmente en noviembre 2014 en La Habana, cuando me tocó formar parte de una delegación venezolana invitada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos; hasta allá fue, a la sede de El Vedado, y de manera generosa me llevó su libro Sospechas y disidencias, una mirada cubana en la red.
Nos habíamos conocido mucho antes en los combates de la guerrilla comunicacional, en el espinoso terreno de las redes sociales, donde construimos una buena amistad en el fragor de este tipo de lucha, en la misma trinchera.
Iroel fue un formidable combatiente desde sus tiempos de dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC). Cumplió misión internacionalista en Angola, y por su cabal desempeño fue merecedor de las medallas Por la Defensa de Cuito Cuanavale, Combatiente Internacionalista de Primera Clase, Por la Victoria Cuba-República Popular de Angola y Servicio Distinguido de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En su amplia actividad intelectual dirigió la Casa Editora Abril, presidente del Instituto Cubano del Libro, entre otras responsabilidades, donde presentó siempre resultados encomiables. Estuvo entre los fundadores de la revista cultural digital La Jiribilla y de la Red de Intelectuales, Artistas y Luchadores Sociales en Defensa de la Humanidad.
Destacó en el Ministerio de Comunicaciones desarrollando programas de informatización de la sociedad y en la producción de contenidos para las redes digitales, donde sobresalió con la Enciclopedia Colaborativa Cubana Ecured.
Como militante del pensamiento cultural antihegemónico lo recordaremos siempre, con el poema de Rubén Martínez Villena enarbolado por él como su divisa.
